LA RESIGNACIÓN ES CONFORMISMO
Vives lo que no habías soñado, pero sientes que no te queda de otra. No ves salida y en caso de que exista, no sientes fuerza o no estás dispuesto a buscarla.
Muchos suelen confundir el estado de resignación con aceptación y puede que externamente se vean iguales estos dos estados, pero hay una gran diferencia.
La resignación es quietud con la mente en lo que pudo ser y no fue. Cuando estás resignado no ves motivo para seguir creciendo.
Por el contrario, la aceptación es adaptación a la nueva realidad, con la mirada en todo lo bueno que viene. El hecho de aún no estar en donde sueñas ya es suficiente motivo para impulsarte, y abrazas tu realidad porque sabes que estás pisando en tierra firme para construir desde ahí.
Lo peor de la resignación es que no te importa quedarte donde estás, porque no has encontrado un motivo fuerte para levantarte.
Una vez estaba en un parque hermoso, en donde habían muchos niños y pude ver cómo un niño salió corriendo a montarse en una pequeña montaña, en la que habían otros niños jugando. Por su entusiasmo desmedido, no vio en dónde estaba pisando y cayó en un pantano. Se quedó allí un buen rato llorando y viendo sus manitas llenas de lodo. El niño no llegó al lugar que soñaba, se quedó un rato llorando y mirando hacia abajo, ni siquiera se paró porque ya al ensuciarse completamente le hizo olvidarse hacia dónde iba. Se restregaba la carita y seguía llorando sin voltear a ningún lado.
Estar resignado es como estar sentado en ese pantano con la cabeza hacia abajo, en vez de subirla y ver la montaña, las personas felices y los paisajes que tienes alrededor. Estar resignado es estar distraído de tus sueños.
Hay patrones comunes de una persona resignada: Victimismo, tiende a echarle la culpa a los demás o al entorno y tiene debilidad corporal. Sus acciones las hace con un diálogo interno de: “Esto fue lo que me tocó. Tengo que hacerlo”, y no como una forma de construir su futuro soñado.
¿ESTÁS RESIGNADO?
Obviamente, cuando hablo en todos mis blogs, posts en Instagram y podcasts. Siempre que hablo de un “problema” traigo consigo una solución, ¡Y claro que la hay! Lo ideal es pasar del estado de resignación al estado de aceptación, para luego seguir subiendo por la escala de estados.
Lo primero que hago con mis clientes es clarificar, lo más posible, lo que sueñan y colocar metas específicas que los acerquen a aquello que quieren. Para levantarte de la silla, querer cambiar algo en ti o sentir ganas de crecer, debes tener un motivo fuerte. ¿Cuál es tu motivo fuerte? Identifícalo, aprópiatelo y cárgalo contigo siempre.
¿Cómo sabes si estás resignado? No tienes claro tu sueño o en caso de tenerlo claro, lo dices con nostalgia o apatía, como si nunca fuera a suceder.
Es hora de cambiar resignación por aceptación porque en el estado de aceptación es donde está tu fuerza. Agenda ya mismo tu llamada de aceleración de resultados con mi equipo y te diremos los pasos a seguir: