
Cada vez que finaliza un año, tengo como rutina ver el año viejo de forma objetiva. Una de las claves para hacer que cada vez tus años sean mejores, es tomar conciencia de lo que hiciste bien y lo que no. Así que, esta vez te recomiendo que tomes un momento de tu día para colocar este año que pasó en frente de ti y alejarte mentalmente hasta lograr verlo de forma objetiva, sin emocionalidades. Luego comienza a organizarlo, separarlo y clasificarlo, escribiendo:
1. METAS CUMPLIDAS:
Pregúntate: ¿Cuáles fueron las metas que cumplí? Al escribirlas, sientes nuevamente la sensación de éxito que sentiste en ese momento, esto es una forma de tomar fuerzas para las siguientes metas a cumplir. Ya tu cerebro tiene buenas referencias del pasado y a medida que tienes éxito en algo, te será mucho más fácil seguir teniéndolo.
2. ESTADO INTERNO
Pregúntate: ¿En qué crecí internamente? Al hacerlo consciente, lo consolidas aún más dentro de ti. De hecho, yo guardo una lista de mis nuevos hábitos internos y cada vez que puedo la leo para seguir fijándolo dentro de mi.
3. OBSTÁCULOS
Los obstáculos son la mejor forma de fortalecer tu carácter, al observarlos y analizar de qué manera lo sobrellevaste puedes escribir las cosas a mejorar.
4. COSAS A MEJORAR
Al escribir opciones a mejorar estas abriéndote a pensar distinto y una vez que meditas en una mejor opción, ya es más fácil que dejes de repetir patrones viejos que no te funcionaban.
Este ejercicio es tan simple, pero puede generar grandes cambios internos en ti. Así que toma un lápiz y un papel y comienza a hacerlo ya.
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