A lo largo de la vida, muchas personas intentarán imponernos sus percepciones, creencias y formas de ver el mundo. Pero aquí está la clave: Elige lo que entra a tu mente y corazón.

Una vez, una chica, intentando transmitirme una percepción bastante confusa acerca de la vida y las personas, me dijo que yo no aceptaba esa percepción porque me gustaba controlar todo.
Esa declaración me causó curiosidad y realmente desde allí comencé a reflexionar acerca de “ser controlador”. Y te digo lo que pienso de esto:
Ser controlador, para mí, significa querer controlar lo que no puedes…
Querer controlar los pensamientos, emociones y comportamientos de otras personas.
Querer controlar todos los factores externos porque NO SABES CONTROLAR TU MUNDO INTERNO.
Por eso te conviertes en un ser controlador.
Esta chica quería que yo integrara una de sus percepciones confusas acerca de la vida y las personas… Y esto sí es algo que yo decido controlar: TODO LO QUE ENTRA A MI MUNDO INTERNO.
Controlar tu mundo interno y no permitir que nadie lo controle por ti es INNEGOCIABLE.
Esto es poder personal.
Esto es mantener límites sanos.
Esto es discernimiento.
Y este es el mejor antídoto para dejar de ser “controlador”.
Mi decreto innegociable es que sólo Dios y yo controlamos mi mundo interno.
La sabiduría de Dios, el Espíritu Santo y nada más.
Ninguna confusión, dudas, decepciones, frustración o percepciones distorsionadas de otras personas son bienvenidas a implantarse en mi mente y corazón.
Mi mayor consejo para ti:
Sí, sé controlador de tu mundo interno.
Elige lo que entra a tu mente y corazón, revisa y limpia lo que no es bienvenido.
Para que nada ni nadie tome el control sobre ti, nunca más.
🌟 Si quieres aprender a fortalecer tu mundo interno, establecer límites sanos y recuperar tu poder personal, mi equipo y yo podemos ayudarte.
Agenda tu llamada estratégica personalizada gratuita y descubre cómo transformar tu vida desde adentro.
